"Eres visto como el mejor, el más rápido, pero eres enormemente frágil. Porque en un pequeño segundo, todo se ha acabado" (Ayrton Senna)


El fin de semana del 29 de abril al 1 de mayo de 1994, durante el cual se disputa en Imola la tercera carrera del mundial, se recuerda como el más doloroso en la historia de la Fórmula Uno.
El sábado 30 de abril, durante las pruebas oficiales, pierde la vida Roland Ratzenberger. El piloto austriaco se estrella en la curva Villeneuve; a pesar de la rápida asistencia médica, para él ya no hay nada que hacer.
Ayrton Senna muere el domingo 1 de mayo durante el Gran Premio. El campeón brasileño, debido a un problema técnico repentino, ya no puede gobernar su Williams, golpeando violentamente contra la pared en la curva de Tamburello. Cuatro horas después, en Bolonia, los médicos anuncian su muerte

Desde ese día, cada año, Imola recuerda la trágica desaparición de los dos pilotos.
El 25 de abril de 1997 se inauguró el monumento a Ayrton Senna, obra de Stefano Pierotti, dentro del parque de las Aguas Minerales, justo enfrente de la curva donde el piloto brasileño encontró la muerte, meta de peregrinación para todos los apasionados de la Fórmula Uno.